A lo largo de esta semana se ha completado la transferencia de competencias al personal que durante los próximos meses contribuirá al transporte estratégico para apoyar a Mali y otros países del Sahel en la lucha contra la insurgencia yihadista desde el Destacamento Marfil.
La rotación número 23 ha tomado el testigo del Destacamento Marfil, desplegado en el Sahel para realizar misiones de aerotransporte en apoyo a la lucha contra el terrorismo yihadista en la zona.
La participación militar española, aprobada en Consejo de Ministros el 18 de enero de 2013 y ratificada el 30 del mismo mes, es la ejecución del compromiso de España alcanzado con Francia en apoyo a Mali.
La capacidad expedicionaria del Ejército del Aire permite llevar la acción exterior del estado en el foco de origen de los conflictos. Esto repercute de forma directa en la seguridad de todos los españoles en territorio nacional.
España reafirmó su compromiso en la lucha contra el yihadismo prorrogando esta misión hasta diciembre de 2018.
El Destacamento Marfil está ubicado en la Base Aérienne Senghor de Dakar. También apoya al contingente español de EUTM-Mali, la misión de la Unión Europea para la formación del Ejército maliense y a MINUSMA, misión de Naciones Unidas en este territorio.
Con unos efectivos que rondan la media centena de personas, el actual contingente, al mando del teniente coronel Alberto Rodís Martínez, está formado principalmente por miembros del Ala 31 y del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (ambas unidades de la Base Aérea de Zaragoza) y completado con personal de la Agrupación de la B.A. de Zaragoza y de la Unidad Médica Aérea de Apoyo al Despliegue y de otros destinos tan dispares de la geografía española como son el 45 Grupo de Fuerzas Aéreas, el Centro Logístico de Intendencia y el Grupo Central de Mando y Control (ubicadas en el B.A. de Torrejón de Ardoz), el Grupo Móvil de Control Aéreo (Acuartelamiento Aéreo de Tablada), el Grupo de Alerta y Control (B.A. de Gando), el Ala 23 de Caza y Ataque (B.A. de Talavera), la Escuela Militar de Paracaidismo (B.A. de Alcantarilla), el Aeródromo Militar de Santiago y los Escuadrones de Vigilancia Aérea Nº 3 (Constantina), Nº 4 (Rosas) y Nº 21 (Pozo de las Nieves)
Su personal, perteneciente en su mayoría al Ejército del Aire y un pequeño porcentaje a los Cuerpos Comunes, es el engranaje fundamental en la ejecución de las operaciones del Destacamento Marfil, por lo que adquiere gran importancia el breve tiempo de solape que los puestos claves realizan para el necesario trasvase de conocimientos.
Para alcanzar sus objetivos durante esta rotación se dispone de un T.10 (Lockheed C-130-H “Hércules”), aeronave de contrastada solvencia en este tipo de misiones de transporte aéreo táctico, donde puede ser necesario el uso de pistas cortas y escasamente preparadas.
El Hércules permite un peso máximo de despegue de 70.000 Kg, desarrolla una velocidad de crucero de 550 km/h y dispone de un alcance cercano a los 4000 Km.
También han realizado misiones desde Dakar otros aviones de transporte táctico de los que dispone el Ejército del Aire: El T.10 se ha alternado con el T.21 (Casa C-295).
La última aeronave incorporada al Ejército del Aire, el T.23 (Airbus A400M Atlas), exponente de la participación tecnológica de la industria aeronáutica nacional, ya se ha estrenado en este escenario a comienzos del 2018.
Pero no todo ha sido actividad aérea. Los miembros de los distintos contingentes han repartido ayuda humanitaria, tanto recogida por Cáritas como proporcionada por el proyecto “un aire de solidaridad”. Se ha realizado una jornada de puertas para niños de orfanatos y la comunidad española residente en Dakar participando de forma activa en la difusión de la cultura de defensa y llevando por bandera el orgullo de ser españoles.
También, en sus ratos libres y sin detrimento de sus cometidos, algunos de sus miembros han ayudado en el orfanato La Pouponniére.