El Palacio de las Naciones de Ginebra ha acogido la ‘Convención sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados’ (CCW), en la que anualmente se examina el funcionamiento de los protocolos con los que se trata de regular la conducta de todas las partes hostiles en conflicto.
En concreto, han tenido lugar la 26º conferencia del Protocolo II, referido a las prohibiciones o restricciones del empleo de minas, armas trampa y otros artefactos, que estuvo presidida por la embajadora de Sudáfrica para Naciones Unidas, Tsholofelo Tsheole; y la 18º conferencia del Protocolo V, centrado en restos explosivos de guerra, que estuvo dirigida por el embajador de Iraq para Naciones Unidas, Abdul-Karim Hashim Mostafa.
En el caso de España, la Unidad de Verificación (UVE) del Estado Mayor de la Defensa, informó de varias actividades de formación y asistencia llevadas a cabo durante el año 2024 en la República de Moldavia, Polonia, Suiza y Alemania. Además, se destacó la gran utilidad de los informes anuales que, como España, cada país emite para valorar el grado de aplicación de la Convención.
Además, se dio gran importancia a los esfuerzos realizados hasta la fecha para lograr el gran número de Estados Parte que han firmado estos protocolos, siendo uno de los objetivos que se alcance la universalización de los mismos.
La CCW se adoptó el 10 de octubre de 1980 y entró en vigor en 1983. Actualmente, más de 100 países la han ratificado o se han adherido a ella. El texto de este tratado, que consta de 11 artículos y 5 protocolos, se considera un instrumento clave del Derecho Internacional Humanitario.