Tras la visita de presentación del jefe de Fuerza español a la base japonesa en Yibuti, se acordó entre ambos comandantes que las tripulaciones del P3 japonés y el D4 VIGMA español se reuniesen para coordinar aspectos operativos y de seguridad de vuelo, ya que ambas comparten la zona de operación.
El hecho de que ambas aeronaves estén basadas en el mismo aeródromo implica que pueden coincidir en el aire durante el vuelo. Desde el punto de vista de la seguridad de vuelo, cuya finalidad es identificar los factores de riesgo y establecer medidas mitigadoras que lo eliminen o disminuyan, es fundamental una coordinación estrecha entre aeronaves.
Ambas tripulaciones expusieron a la contraparte capacidades, sistemas que portan y sus modos de operación en la zona, lo que permite a la tripulación de ambas plataformas “qué esperar” de sus reacciones, para que puedan ser predictivos y poder actuar en consecuencia.
Además de la tripulación nipona, se realizó un intercambio entre el personal sanitario del ROLE1 español y la médico del contingente japonés.
La experiencia resultó muy positiva y productiva por ambas partes, redundando en pro de la seguridad en vuelo y de un desarrollo efectivo y eficiente de las operaciones de ambos destacamentos.
La ‘Operación Atalanta’, bajo bandera de la Unión Europea, forma parte del compromiso adquirido por España en la lucha por mantener la seguridad marítima frente a las costas de Somalia y de los países vecinos en la región del Océano Índico.
El incremento de los actos de piratería en el Índico a partir de 2005 llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a adoptar una serie de Resoluciones para proteger el tráfico marítimo en la zona. Para apoyar estas disposiciones, el Consejo de la Unión Europea aprobó, el 10 de noviembre de 2008, la creación de una fuerza aeronaval. Era la primera operación marítima de la Unión que se realizaba en el marco de la PCSD. Poco después, se puso en marcha esta operación.
El compromiso de España desde el inicio de la operación ha sido total, materializándose en misiones de vigilancia marítima con el fin de prevenir e intervenir para poner fin a los actos de piratería y colaborando en la vigilancia de las actividades ilegales frente a la costa de Somalia.
Posteriormente y desde la entrada en vigor de la Decisión (PESC) 2020/2018, que prorroga el mandato del Operación Atalanta, se han ampliado las misiones encomendadas, incluyendo la vigilancia de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y el tráfico de drogas, armas y carbón vegetal, lo que refuerza el papel de Atalanta como factor de seguridad marítima en la zona, siendo clave en el éxito en la lucha contra la piratería y la protección de los barcos del programa mundial de alimentos (WFP por sus siglas en inglés) y otros buques vulnerables.
Con el nuevo mandato de la UE se amplía la zona de operación al Mar Rojo y se incluyen también la lucha contra los tráficos ilegales y la cooperación con otras operaciones.
La contribución permanente de España consiste en los siguientes medios: