Las Fuerzas Armadas españolas toman el mando de la misión de alerta de reacción rápida integrada en la Policía Aérea en el Báltico (BAP por sus siglas en inglés), con la presencia de ocho aviones EF-18, seis de los cuales han sido transferidos a la cadena de mando multinacional de la OTAN. El Destacamento Aéreo Táctico “Vilkas”, compuesto sobre la base del Ala 12 y bajo control operativo nacional del Mando de Operaciones (MOPS), está formado por 130 militares del Ejército del Aire, a cuyo mando se encuentra el teniente coronel David Soto Martínez, como Jefe de Fuerza.
La BAP tiene como objetivo vigilar y garantizar la integridad del espacio aéreo del este de la Alianza y prevenir conflictos mediante medidas de defensa y disuasión creíbles. Se trata de una misión de tiempo de paz a la que los países aliados contribuyen con carácter rotativo. La presente rotación (la número 59 desde su creación en el año 2004) está liderada por España y cuenta también con la participación de un destacamento de la República Checa con sus aviones JAS‑39 Gripen.
El contingente español se encuentra desplegado en la Base Aérea de Šiauliai, desde donde ya se ha operado en otras cuatro ocasiones (en 2021, 2020, 2016 y 2006). Además de personal del Ala 12, el destacamento cuenta con personal del Ala 46, del Ala 49, del Grupo Móvil de Control Aéreo (GRUMOCA), del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), del Centro de Informática de Gestión (CIGES), del Mando Aéreo Logístico (MALOG), del Mando de Operaciones (MOPS), del Grupo Central de Mando y Control (GRUCEMAC), del Grupo Norte de Mando y Control (GRUNOMAC), del Grupo de Alerta y Control (GRUALERCON), del Centro Logístico de Armamento y Experimentación (CLAEX), de la Agrupación Base Aérea de Torrejón, de la Base Aérea de Morón, del Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial (CIMA) y de la Unidad Médica Aérea de Apoyo al Despliegue (UMAAD) de Madrid.
Los EF-18 españoles tendrán el cometido de interceptar e identificar aeronaves civiles o militares que no cumplan las regulaciones de vuelo internacional y se aproximen al espacio aéreo de responsabilidad de la Alianza sin estar adecuadamente identificadas por los sistemas de control de tráfico aéreo.
De esta forma, la participación española en la BAP contribuirá a la estabilidad internacional y a nuestra seguridad y defensa nacional, fundamento sobre el que se asienta el progreso y el desarrollo de nuestra sociedad, así como los principios que la rigen.